Si te gusta mirar al cielo en busca de estrellas, constelaciones o incluso la Vía Láctea, descubre los 10 mejores lugares del planeta para ver las estrellas.
El cielo nocturno nos brinda una de las mejores estampas de la Naturaleza. Con ayuda de un telescopio, las estrellas, los planetas, las galaxias o los cúmulos globulares parecen quedar al alcance de la mano. Contemplar la Vía Láctea, el espinazo de la noche, desde un lugar alejado de la contaminación lumínica puede ser una experiencia inolvidable. En la ciudad es muy difícil disfrutar de este maravilloso regalo, pero, por suerte, todavía quedan lugares oscuros repartidos por el planeta donde el cielo estrellado sigue siendo el espectáculo sobrecogedor que nunca debimos perder.
1. Desierto de Atacama, Chile
En Chile se encuentran los observatorios astronómicos más importantes del mundo: Paranal, La Silla, Las Campanas, Cerro Tololo… En Cerro Paranal se está construyendo el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT), llamado a ser el mayor observatorio óptico del mundo, con un telescopio de 100 metros de diámetro.
El desierto de Atacama destaca por la gran cantidad de noches despejadas, su clima seco, la estabilidad atmosférica y la baja contaminación lumínica de la zona. Hay una amplia oferta de alojamientos que incluyen telescopios a disposición de los huéspedes.
2. Mauna Kea, Hawái, Estados Unidos
Además de ser un paraíso de ensueño, la isla de Hawái en el Océano Pacífico es otro de los lugares favorecidos para disfrutar de la Astronomía. En el volcán inactivo de Mauna Kea se levantan trece telescopios que son auténticos templos para la Ciencia. Su posición próxima al trópico permite disfrutar de buena parte del cielo del hemisferio Sur y de todo el cielo del hemisferio Norte.
3. La Palma, Islas Canarias, España
Las Islas Canarias son otro enclave privilegiado para ver las estrellas. En la isla de La Palma se encuentra el observatorio del Roque de los Muchachos, perteneciente al Instituto de Astrofísica de Canarias, que cuenta con más de una docena de instrumentos gestionados por diferentes países. La ubicación de la isla en medio del Atlántico y su altura sobre el nivel del mar convierten a la Isla Bonita en el lugar predilecto de muchos astrónomos.
Cuenta con una buena oferta de excursiones y actividades astronómicas orientadas a los visitantes.
4. Parque Nacional de Warrumbungle, Australia
La contaminación lumínica no solo afecta a la calidad del cielo y al bolsillo del contribuyente al derrochar miles de kilovatios en iluminar el cielo; también tiene un efecto nocivo sobre la fauna salvaje: insectos, aves y tortugas marinas se ven desorientados por las luces artificiales. Por ello, el Gobierno australiano ha declarado el Parque Nacional de Warrumbungle como “primera Reserva Nacional de Cielos Oscuros”. En esta región se pueden contemplar las Nubes de Magallanes y todos los tesoros celestes del hemisferio Sur.
5. Pic du Midi, Francia
Aunque la contaminación lumínica de lugares tan alejados como Barcelona ha terminado por afectar a los programas de observación astronómica de alta precisión que se realizaban en el Observatorio del Pic du Midi, esta cumbre pirenaica sigue siendo un lugar excepcional con sus casi tres mil metros de altitud. Además del observatorio, se puede visitar el espacio museográfico más alto de Europa.
6. Death Valley, Estados Unidos
El Valle de la Muerte, al este de Sierra Nevada, en California, es la región más seca, más baja (86 metros bajo el nivel del mar) y más cálida de América del Norte. En el Parque Nacional del Valle de la Muerte se puede contemplar uno de los mejores cielos del país. La humedad afecta mucho a las observaciones astronómicas y, dado que este lugar es especialmente seco, las probabilidades de tener un cielo perfecto son muy altas. Es el tercer parque nacional del país con una certificación de cielos oscuros otorgada por la International Dark Sky Association, la asociación internacional encargada de proteger y velar por los lugares con cielos oscuros.
Las Vegas se encuentra a solo 240 kilómetros y es un excelente punto de partida para recorrer el parque.
7. Reserva Natural NamibRand, Namibia
Por razones obvias, África es el continente menos afectado por la contaminación lumínica. Uno de los mejores lugares para la práctica de la Astronomía es la Reserva Natural NamibRand al sudoeste de Namibia, en pleno desierto de Namib. Con sus 2.100 kilómetros cuadrados de extensión, se trata de una de las mayores reservas privadas de África. El lugar cuenta con la primera certificación de reserva internacional de cielos oscuros del continente.
8. Aoraki Mackenzie, Nueva Zelanda
Esta reserva de cielos oscuros situada en la isla sur de Nueva Zelanda está formada por el Parque Nacional Aoraki/Mt. Cook y la Cuenca del Mackenzie. La lucha contra la contaminación lumínica comenzó en esta región a principios de los años ochenta del siglo pasado, con el objetivo de reducir la iluminación, proteger la fauna salvaje y convertir la zona en un destino turístico atractivo para los amantes de la Astronomía. Además de disfrutar de un cielo privilegiado, si la actividad solar es alta durante los meses de otoño e invierno (correspondientes a primavera y verano en el hemisferio Norte) se pueden observar auroras australes.
9. La Sierra de la Sagra, España
La Puebla de Don Fadrique y otros municipios aledaños llevan años apostando por el turismo astronómico. La Sierra de la Sagra, en la provincia de Granada, cuenta con uno de los cielos más oscuros de España. Aquí se encuentra el Observatorio Astronómico de La Sagra, muy orientado a las actividades divulgativas para el público. Los 1.530 metros de altura sobre el nivel del mar y su lejanía de grandes aglomeraciones urbanas hacen de estos cielos un lugar excepcional para contemplar las estrellas y conocer el firmamento.
10. Parque Ecológico de Luciérnagas de Yeongyang, Corea del Sur
Asentado en el valle del río Wangpi, el parque está rodeado de terreno montañoso, uno de los lugares con menor densidad de población del país. Desde 2005 ha sido objeto de una protección especial y destaca por la conservación del hábitat natural de las luciérnagas, que requieren la máxima oscuridad natural. Los astrónomos aficionados coreanos también han sabido aprovechar los excelentes cielos que ofrece el parque y que le han valido el primer reconocimiento de la International Dark Sky Association en Asia.
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